" Fue en el año 1950 cuando el primer Ford 29 llegó a Arraial y no podía avanzar porque literalmente no había camino, justo ahí donde se comenzaba a levantar la primera empresa de Alcalis, el suelo era arenoso y húmedo. En ese entonces sólo se vivía de la pesca artesanal y las familias pasaban los fines de semana en la " restinga " ( una especie de vergel natural de frutos silvestres ), o en la playa. "
Así recuerda el señor Doke a sus ochenta y tantos años este maravilloso pueblo, rodeado otrora de dunas de arena y , hoy, con un clima envidiable que atrae turístas de todos los rincones del mundo para disfrutar de sus encantadoras playas. En ese entonces él se dedicaba con mucho esfuerzo a las labores de la pesca y subía el cerro que hoy separa Prainha de Praia do Forno varias veces al día para cargar leña porque no había combustible para cocinar , cuando el pescado se salaba dentro de la casa para luego cargarlo en mulas y venderlo en Cabo Frío. Junto a ello, desde muy joven se entregó a una gran pasión : la elaboración artesanal de réplicas de botes y lanchas camaroneras, las que, con gran orgullo, afirma le sirvieron para dar sustento a una familia de catorce hijos.
A su avanzada edad trabaja tejiendo mallas de pesca y combina esta labor al ritmo de su empeño. Cuando no está en la Rua Pinto de Macedo bajo la sombra de un árbol cociendo una red, se le puede encontrar en su casa elaborando barcos de madera, estudiando la biblia o de charla con alguno de sus vecinos en la caleta de Prainha.
Su trabajo ha sido presentado en programas de televisión, noticiarios y diversos medios periodísticos de Brasil.
El Sr. Doke es un hombre sencillo, de buen humor, esforzado y digno representante del pueblo cabista. Confiesa que nunca salió de Arraial y no lo haría tampoco porque dice que aquí nadie se enferma y sólo se muere de viejo.
Para los amantes del modelismo naval e interesados en adquirir alguna de sus reproducciones, los trabajos se hacen por encargo ya que lleva tiempo el acabado de los detalles.